La Revolución del Circo

 

Emmanuel Bochud lleva más de 20 años realizando capacitaciones en Circo Social con el Cirque du Soleil. Empezó haciendo malabares en la calle mientras hacía estudios de trabajo social y cooperación internacional en la universidad. Se hizo un artista de Circo, pero también un profesional dispuesto a cambiar el mundo a través del arte.

 

Desde hace 15 años, el Cirque du Soleil dejó de ser solo una compañía con espectáculos de gran nivel y empezó a destinar parte de sus beneficios a la acción social. Es así que nace Cirque du Monde, una iniciativa ejecutada a través de distintas organizaciones e instituciones culturales en más de 25 países alrededor del mundo que tiene como propósito el mejorar la calidad de vida de jóvenes en riesgo gracias a la aplicación de técnicas de Circo y de educación. Poner las artes al servicio de un beneficio en común: Eso es el Circo Social. “Hace 20 años, las personas no hablaban de Circo Social. Solo se hablaba de artistas que iban a hacer Circo con jóvenes en dificultad – señala Emmanuel – Ahora hay un reconocimiento, credibilidad, lo que hace que el movimiento siga creciendo alrededor del mundo”

En el Circo Social, el aprendizaje de las técnicas de Circo no constituye un fin en sí mismo, sino que busca el desarrollo personal y social de los participantes para favorecer la formación de su autoestima, la confianza en los otros, la adquisición de habilidades sociales, el desarrollo del espíritu de ciudadanía y la expresión de su creatividad y potencial (*). Esa es la gran diferencia que se marca con el Circo Profesional, en donde el principal objetivo es el de trabajar con los mejores artistas para lograr un espectáculo impresionante.

Actualmente existen más de 400 organizaciones utilizando métodos innovadores como el arte circense para la transformación social. Cada una sigue una propia metodología y trabaja con diferentes grupos: desde jóvenes con discapacidad, en hospitales, en zonas de guerras, problemas de drogas, hasta adultos con alcoholismo, entre otros. Sin embargo, el proyecto que trajo a Emmanuel a nuestro país, es uno que persigue un objetivo único en el mundo.

Gracias a una alianza firmada en el 2014 con el Fondo Multilateral de Inversiones del Banco Interamericano de Desarrollo (BID-FOMIN), La Tarumba ejecuta el proyecto “Métodos de formación innovadores para jóvenes en riesgo: El Circo Social como alternativa para mejorar la empleabilidad”, en el cual también participan otras dos escuelas latinoamericanas: El Circo Social del Sur en Argentina y el Circo del Mundo en Chile; además de tener al Cirque du Soleil como socio estratégico de esta gran iniciativa. “No hay muchos proyectos así en el mundo. Este es un nuevo modelo y que, seguramente, tendrá grandes resultados a lo largo de los 3 años de duración. Tenemos una gran expectativa ya que la idea es generar una metodología para compartirla con el resto de organizaciones, para ver la manera en que también puedan verlo e incluirlo”. 

::: Jugar para aprender ::: 

Circo-Social

 

El programa de Formación Básica en Circo Social tiene como objetivo preparar a los instructores para realizar talleres con personas en situaciones vulnerables. Este programa, les permite comprender mejor el contexto global de intervención en Circo Social y también busca desarrollar las habilidades necesarias para intervenir de forma apropiada. Emmanuel cuenta que el “programa de instrucción es un modelo de 2 semanas intensivas. Ambas son separadas por 4 a 6 meses de diferencia para que los instructores puedan aprender, aplicar e integrar lo aprendido”.

En los talleres se abordan temas como los de resolución de conflictos, interculturalidad, ética, seguridad y planificación. El papel de los instructores es el de trabajar en conjunto con psicólogos y/o trabajadores sociales para llegar a su objetivo central. En el 2014, Emmanuel Bochud junto a Antonio Benítez, un formador en Circo Social también del Cirque du Soleil, vinieron al Perú para trabajar este concepto con el equipo pedagógico de La Tarumba. Este año ambos regresaron para realizar la segunda parte, teniendo en cuenta las experiencias obtenidas en el primer año de ejecución del proyecto. Transmitir las bases de una pedagogía innovadora y participativa, desarrollar un contexto de aprendizaje vinculado con la comunidad y hacer de las artes una herramienta de desarrollo de la persona, son algunos de los objetivos que sigue este programa que también se ejecuta con los pares de Chile y Argentina.

En La Tarumba este proyecto se viene ejecutando a través de los talleres del Circo Invisible, del cual ya se han completado 3 módulos y a lo largo de este 2015, se planea actuar con otros 3 más. “Hay muchos problemas sociales y de educación en el mundo y todos están buscando maneras innovadoras de formar a los jóvenes, confrontar conflictos y aquí es donde el Circo Social aparece como una respuesta”, afirma. Con todo esto y el compromiso de cada una de las partes, el futuro de miles de jóvenes en la región va tomando una nueva dirección. El Circo, comienza a tomar fuerza para convertirse en una opción de desarrollo social y una poderosa herramienta para la transformación de los paradigmas ya establecidos, dejando poco a poco el espacio de las Carpas de Circo para tomar el mundo como su escenario de acción.

 

:: Mira más información sobre el proyecto aquí ::

 

Déjanos un comentario

Tu correo electrónico no será publicado. Los campos requeridos están marcado con *